HISTORIA DEL PARQUE DEL CASTILLO DE BURGOS

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Editorial: ¿quién conoce el cinturón verde?

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El Cinturón Verde es uno de los lugares más bonitos de los que podemos presumir los burgaleses. Está compuesto por muchas zonas verdes y además de ser un paisaje visualmente bonito, es un pulmón para la ciudad.

Desgraciadamente, y aunque parezca mentira, pocos ciudadanos conocen lo que es exactamente el Cinturón y cuales son las actividades sociales que en él pueden encontrar.

¿Quiénes son los culpables de que esto sea así? Sería muy fácil acusar a los ciudadanos por su ignorancia respecto a este tema, pero, ¿y si tal vez la culpa viene de los responsables del Cinturón Verde?

Es cierto que el objetivo de estos trabajadores es cuidar y mantener vivas estas plantaciones, no informar a los vecinos sobre lo que hacen diariamente y en qué consisten estas zonas verdes. Pero si podría existir una parte de estas personas que se dedicara a informar y enseñar esta naturaleza, ya que muchos burgaleses se quejan de que no apreciamos lo que tenemos en la ciudad.

Existen algunas actividades enfocadas a la población, como son las visitas guiadas a los senderos de Villafría o los eventos que suelen realizarse con los colegios en el Día del Árbol. Pero tal vez, esto no sea suficiente.

Todos los ciudadanos conocen Fuentes Blancas o El Castillo, ya que son dos de los lugares de la ciudad más visitados, por ser zonas verdes amplias para pasear y por estar tan cerca de la urbe, pero quizá son pocos los que saben que estas dos partes de Burgos pertenecen a un gran complejo llamado Cinturón Verde.

También se puede pensar que quién no lo conoce es porque no quiere, ya que existen algunas opciones, como libros y páginas web en las que se puede aprender cuales son las zonas de este espacio verde, qué especies habitan en él y cuál es su amplitud, entre otras cosas.

Si un día, de repente, comenzarán a construir edificios en la parte de El Castillo y en Fuentes Blancas, muchos ciudadanos son los que protestarían, ya que a la mayoría de las personas residentes en Burgos les gusta tener espacios verdes tan cerca de su casa, y aunque en el fondo no sepan en qué consisten y quién los lleva a cabo, no les gustaría que esto desapareciese, y menos, para edificar pisos.

Por lo que, en definitiva, nos encontraríamos con dos simples opciones. La gente que protesta de no conocer el cinturón, debería hacer algo para solucionar esto, ya que como dice el refrán, “quien quiera peces, que se moje el culo”. Por otro lado, los responsables del Cinturón Verde deberían organizar más actividades sociales y eventos para que estas zonas sean conocidas por todos y se aprovechen como se deberían de aprovechar.

Si esto no ocurre así, simplemente deberíamos dejarlo pasar, y no protestar por las cosas que no ponemos remedio. Tal vez no haya ni culpables ni inocentes, pero cada uno de nosotros necesitamos culpar a alguien de no hacer las cosas que nosotros tampoco hacemos.

Recorremos el cinturón verde

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Burgos es una ciudad afortunada, ya que cuenta con un cinturón verde que recorre toda la ciudad y otras zonas de ella. Según la Organización Mundial de la Salud, para conseguir un aire de mejor calidad en las ciudades, se necesita un árbol por cada tres habitantes, ¿lo cumple esta ciudad?


El cinturón verde de la ciudad, está formado por los bosques seminaturales que ocupan la mayor parte de las laderas alrededor del casco urbano de Burgos. Todos sus ciudadanos se sienten orgullosos de poder contar con este pulmón vital tan cerca de sus casas y al cual poder acceder fácilmente.

La OMS, es la responsable de desempeñar una función de liderazgo en los asuntos sanitarios mundiales, además de establecer normas y vigilar las tendencias sanitarias. Una de sus recomendaciones es que exista, como mínimo, un árbol por cada tres habitantes, algo que ocurre en esta ciudad gracias al Cinturón Verde.



Historia del Cinturón Verde


La historia de estas zonas arboladas, se remonta al año 1912, cuando el Ministerio de la Guerra, cedió a la ciudad el cerro del Castillo, con destino a parque de recreo para los vecinos burgaleses. Años más tarde, concretamente en 1955, se firmó un Consorcio entre el Ayuntamiento de Burgos y el Patrimonio Forestal del Estado, con el objetivo de reforestar los terrenos estériles en el municipio. Este hecho supuso el mayor impulso a las repoblaciones en el Cinturón Verde en la ciudad.

Antes de 1960, gracias al exalcalde y jefe del Patrimonio Forestal del Estado, Mariano Jaquotot, muchas hectáreas fueron repobladas en las laderas del Castillo y Fuentes Blancas, zonas preferidas por una gran parte de los burgaleses.

Cinco parcelas de Cortes y Fuentes Blancas, se declararon Monte de Utilidad Pública, las únicas zonas que son de Dominio Público Forestal.

Una de las actuaciones más importantes para el Cinturón Verde, fue el convenio de colaboración firmado en 2004 por la Caja de Burgos, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Burgos, para impulsar diversas actuaciones en estas zonas como la reforestación de los baldíos de término municipal propiedad del Ayuntamiento, el fomento del uso social del Cinturón Verde, realizando senderos interpretativos autoguiados y la realización de tratamientos selvícolas en todos los pinares existentes.

Se plantaron 199,55 hectáreas por todo el terreno municipal, como aseguraron los responsables del Servicio territorial del Medio Ambiente que dirigieron las actuaciones, con una gran concentración en Villalonquéjar, el Monte de la Abadesa, varias laderas junto a Cardeñadijo y el cuadrante noroeste del término municipal.



Especies en el Cinturón Verde


Para la elección de las especies de realizó un estudio de las condiciones ecológicas de las parcelas, clasificándose según pendiente, orientación, geoforma y suelo. En las reforestaciones se mezclaron varias especies para aumentar la diversidad. Fueron plantadas 247.622 plantas de 21 especies, 5 coníferas y 16 frondosas.


Senderos del Castillo:


El Castillo es una de las actuaciones más emblemáticas del Cinturón Verde de la ciudad. Está cubierto mayoritariamente por coníferas, más duras que las frondosas para iniciar la repoblación de este monte que estaba totalmente pelado a mediados del pasado siglo. Esta parte de Burgos es muy turística, ya que

ofrece muy buenas vistas y perspectiva de la ciudad y el casco antiguo.

Muchas son las especies con las que nos encontramos en esta zona de la ciudad: el pino piñonero, el ciprés de Arizona, el pino laricio, el árbol de la vida, el abeto rojo, el pinsapo, la sabina albar y la secuoya gigante, entre otros.



Sendero Fuentes Blancas:


Antiguamente este sendero estaba surcado por arroyos y corresponde a la parte más llana y baja de Fuentes Blancas.

Esta parte del Cinturón Verde tiene varios puntos de interpretación importantes. Uno de ellos son los animales de agua, aquí se pueden descubrir patos, insectos y otros animales que viven en un pequeño embalse construido por el hombre. Otro de estos puntos son los llamados bosques del agua, donde se pueden observar chopos con las raíces inundadas, por lo que crecen muy deprisa. En otra de las zonas nos podemos encontrar con arbustos muy altos, zarzamoras y rosales silvestres.

Existe otra parte de Fuentes Blancas que es muy conocida en la ciudad y que muchos vecinos visitan para ir a comer, pasar el día o hacer deporte. Aquí podemos ver muchos arroyos, agallas y bellotas…La alineación tan perfecta de los árboles que existen en este bosque, viene dada de la mano del hombre de hace medio siglo.

Aquí también podemos encontrarnos con el pino de Monterrey, que es distinto a otros pinos que existen alrededor, ya que crece muy deprisa y por eso, esta especie se plantó en las partes más húmedas para producir madera. Otra especie curiosa que existe en Fuentes Blancas es el árbol de las infusiones, también llamado tilo, es una frondosa y con sus frutos se hace la tila.



Sendero de Villafría este:


Villafría es una zona más alejada de la ciudad y este bosque se conserva muy bien ya que está vallado y tiene un acceso restringido. Esto debe conservarse así, limitando el número de personas que lo visitan y siendo respetuoso con su naturaleza. Las especies que podemos encontrarnos aquí son la encina, la falsa acacia, el roble carvallo, el majuelo, el quejigo, el chopo y el fresno, entre algunos otros.

En la actualidad suelen realizarse visitas guiadas para poder garantizar la conservación de esta parte verde.



Sendero de Villafría oeste:


En este conocido sendero se pueden observar el último segm

ento de bosque autóctono del Arlanzón. Aquí pueden encontrarse muchos pájaros, como los carpinteros, por la abundancia de árboles y matorrales. Como ocurre en el sendero de Villafría este, el acceso es restringido y está vallado, para evitar complicaciones. Se organizan visitas guiadas, como en la parte de Villafría este.

En esta zona podemos descubrir grandes coníferas como el pino albar, además del aligustre silvestre que crece entre jaras y otros arbustos y el ciprés, un árbol muy ligado a las personas.



Sendero Monte Bellavista:


Esta ladera se encuentra junto al hospital Divino Vallés, que se caracteriza por el silencio, interrumpido en ocasiones por el canto de los pájaros y el sonido del viento, y las zonas verdes que se encuentran en él. Es una

zona muy cercana a la ciudad y a la carretera, pero este silencio tan característico, se consigue gracias a la pantalla que forman los árboles.

Este bosque tiene un origen humano y esto se puede observar en la alineación de los árboles, las terrazas del suelo…también las especies que allí habitan están seleccionadas por el hombre. Con el tiempo acabará pareciendo un bosque totalmente natural, pero para ellos aun tenemos que esperar unos cuantos años.

Entre las especies que podemos observar en el Monte Bellavista, se encuentran las acacias, plantas que son capaces de “atrapar” el nitrógeno atmosférico, con lo que ayudan a enriquecer el suelo y facilita la vida en otras plantas posteriores.

También podemos contemplar las aulagas, reconocibles por sus pinchos enormes, con ellos pueden proteger a los árboles jóvenes que pueden nacer debajo. Además, en Bellavista localizamos dos encinas, que han crecido aquí por la baja pendiente que existe en este terreno.



Sendero del Cerro de San Miguel:


Este terreno es uno de los más conocidos del Cinturón Verde, se sitúa en torno al Centro de Divulgación de Aves, y los árboles que se encuentran en este sendero, muestran la importancia de la conservación de las montañas. El paisaje que nos encontramos en esta zona, es artificial, pero aún así este bosque está exento de valores naturales.

No podemos olvidar la importancia que tiene el suelo en un bosque. En él viven minúsculos seres que son fundamentales para la vida del planeta. Además, las raíces contribuyen a sujetar el suelo a las laderas, son como las manos de un gigante.

Algunos de los árboles que aquí habitan son de hoja perenne, por lo que actúan como aislantes del ruido que pueda existir en el exterior. También podemos observar árboles de hoja caduca, los cuales pierden sus hojas en invierno, pero cuando el frío desaparece vuelven a aparecer hojas y flores.



Sendero de Villalonquéjar:


Este sendero nos ofrece unas bellísimas vistas del Valle del Arlanzón en su unión

con el Río Ubierna. En otra de sus panorámicas vemos la Estación de la Depuradora de Aguas Residuales, que es donde se tratan las aguas utilizadas por las industrias y los ciudadanos antes de ser devueltas al río.

Como hemos podido ver, este sendero es caracterizado por el agua. Cada ciudadanos burgalés gasta en su casa más de 200 litros de agua potable al día, una cifra que parece muy elevada, pero es la realidad, derrochamos mucho agua, de hecho somos los que más gastamos de nuestra Comunidad.

Por suerte, o desgracia, contamos con la “ayuda” de los ríos, que son capaces de limpiar sus aguas, pero hasta un determinado límite. Este límite está sobrepasado en esta ciudad, por lo que es necesario eliminar la contaminación que nosotros mismos producimos en el agua, antes de devolverlo a los ríos.



Los ojos que todo lo ven


En Agosto se cumplirán dos años desde que el servicio de vigilancia del Cinturón Verde está en funcionamiento. Estas zonas verdes nunca están solas, siempre hay alguien acompañándolas y velando por su seguridad. Cuentan con una niñera que las cuida, las protege, las soluciona problemas, las revisa y las mantiene.

Las personas que están al cuidado del Cinturón, pasean por él los 365 días del año, y anotan datos de lo que observan en sus cuadernos de campo, desde incendios, hasta pequeñas aves muertas, y luego lo pasan a un formato informático, donde se está formando desde hace año y medio una extensa base de datos. Estos vigilantes recorren cada árbol, cada sendero, cada plantación…por lo que todas las partes del Cinturón Verde están vigiladas siempre, para evitar destrozos y problemas y mantener el pulmón de la ciudad vivo.

Dichoso botellón

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Sí, de nuevo aparece el tan machacado tema del botellón. De hecho, creo que nunca desaparecerá de las líneas de los periódicos, ya que nuestros jóvenes no parecen querer abandonar esta “divertida” práctica.

El problema no radica en la costumbre de beber en las calles, plazas o parques de nuestra ciudad, sino en el poco respeto que se tiene por las infraestructuras. No se puede meter a todo el mundo “en el mismo saco”, pero parte de estos chavales se dedican a romper cosas, desde bancos hasta farolas. Para evitar esto, muchos Ayuntamientos han querido espantar a los jóvenes enviando policías a los lugares donde se realizaba esta práctica.

Esto ha hecho que los chicos busquen otros lugares para seguir con su fiesta, por ello, han decidido trasladarse a otros sitios como zonas naturales y bosques.

Concretamente en Burgos, esto ocurre todos los fines de semana, cuando los jóvenes deciden llevar su botellón a zonas de El Castillo, Fuentes Blancas o el Monte de Bellavista. Puede que así no molesten a los vecinos como lo hacían antes, ni destrocen farolas y bancos, pero, ¿los árboles y las plantas no cuentan? No hay que olvidarse de ellos, ya que cuesta mucho conservarlas y nos son de más ayuda de lo que pensamos. Parece que cuanto más se alejen estos chicos y su botellón de nosotros, menos problemas causarán, pero esto no es así. Porque no veamos desde nuestras ventanas los desperfectos que pueden estar causando, no quiere decir que no existan.

Pregunte usted al personal de limpieza, que se encarga de recoger cada mañana del fin de semana los restos de este “escondido” botellón, si el estar más lejos de las zonas céntricas de la ciudad hace que se resuelva el problema del que venimos hablando. Los daños que pueden causar en estas zonas verdes pueden no curarse con dinero, como ocurre en zonas urbanas. Con esto, no se quiere justificar nada, pero tal vez deberíamos parar un rato y pensarlo. Una planta o un árbol puede tardar años, incluso siglos en crecer.

Ahora que el botellón no está debajo de nuestras casas, no debemos hacer oídos sordos al problema, ya que está destrozando parte de nuestro Cinturón Verde. Sí, nuestro, ya que pertenece a todos los ciudadanos burgaleses y por ello, debemos cuidarlo y respetarlo como se merece.

A veces, cuando se quiere buscar una solución, acaba apareciendo otro problema. Es el pez que se muerde la cola.

Entrevista con Roberto Milara

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Roberto Milara es el técnico de medio ambiente en el Ayuntamiento de Burgos y se encarga de gran parte de las tareas del Cinturón Verde. Supervisa, elige, corrige, ayuda y trabaja en todo lo relacionado con estas zonas. Sufre un flechazo con la naturaleza que quiere dar a conocer.



¿Cuál es el trabajo que realizas en el Cinturón Verde?


Pfff (risas), soy el técnico de medio ambiente del Ayuntamiento, así que hago de todo, me encargo tanto del control de las competencias municipales que tengan que ver con esta superficie en cuanto a confección del medio ambiente, como también de lo que es la protección del patrimonio público, porque esto al fin y al cabo es de propiedad municipal, y aunque haya un técnico de patrimonio que se encarga de ello, nosotros recogemos información de campo sobre todo lo relacionado.


Mi trabajo es todo, es abierto, cuando viene un tema, batiendo lo que es, nos encargamos de ello. Cuando un hombre se ha metido en la grada uno metros con lo suyo no pasa nada, pero cuando son muchos metros y ya está cultivando la superficie municipal sin permiso, debemos saberlo por lo menos, y luego ya pasamos la información a quien corresponde. Desde eso hasta si hay un incendio ver en qué ha consistido, si tenemos que hacer una plantación diseñarla, ejecutarla, controlar el seguimiento… se hace todo, pero no lo hago yo solo, también se trabaja con lo servicios municipales. Si alguna persona la está “liando”, vas con la policía, también se controla una obra para ver como está afectando al Cinturón Verde o si le afectará en un futuro… todo en relación con otras áreas municipales, como urbanismo, patrimonio, limpieza y con otras administraciones, si tiene que ver la Junta de Castilla y León en esto, les avisamos, la Confederación, Coordinación con las administraciones…todo.


¿En otras ciudades existen también Cinturones Verdes?


El concepto Cinturón Verde es una manera de llamarlo que utilizamos en Burgos. Si que existen más en otras ciudades, el más famoso creo que es el de Sao Pablo, en Brasil, es la misma idea, pero su cinturón verde consiste en proteger lo que les queda de “selva” alredor de la ciudad, mientras que aquí en su mayor parte no es una selva autóctona, está todo plantado.


En España, el concepto es más parecido a lo que han hecho en Vitoria que es el Anillo Verde, pero este anillo no tiene nada que ver, porque allí ellos tienen algunas superficies forestales, las zonas húmedas, pero tiene el mismo objetivo, paisajístico, uso social, consolidación de la diversidad… Para la gente el paisaje es lo más importante, porque es el fondo escénico, es lo que ve desde casa.


¿Se prevé hacer algún tipo de actividad social, eventos, senderismo…?


Ahora en primavera y en otoño solemos hacer visitas guiadas al bosque de Villafría, que es la única parte del Cinturón Verde que podemos considerar bosque autóctono porque es lo único que queda. Somos muy prudentes a la hora de abrirlo al uso, es un sitio vallado, hacemos visitas guiadas, el Ayuntamiento pone en disposición un guía y establece unos horarios. Se hacen en estas dos estaciones del año, en horario de tarde, hay que identificarse en la entrada por seguridad. Ahora se prevé comenzar a mediados de mayo, ya que últimamente el tiempo no ha acompañado a esta actividad. Pero normalmente de mayo a San Pedro aprovechamos para hacer estas visitas y luego se retoman en septiembre y octubre, cuando aún no ha llegado el mal tiempo.


¿Suele ser muy visitado?


Si, suele asistir bastante gente. Hacemos unas 20 visitas en primavera y otras 20 en otoño, la media es variable pero suele haber entre 15 personas por visita, así que unas 400 al año, es una media muy buena, lo llevamos haciendo desde hace tiempo, estamos contentos con los resultados, por lo que esta actividad se seguirá llevando a cabo. Es algo que gusta mucho, los visitantes siempre salen muy agradecidos de ella, por lo que queremos que esto siga siendo así.


Con el Día del árbol, ¿también suele hacerse algún tipo de actividad?


Sí, en el Día del árbol, se hacen algunas actividades, tradicionalmente los niños hacen plantaciones conmemorativas, en algún hueco que queda en el Cinturón Verde. Esta tarea se desarrolla con algún colegio y las autoridades, el cinturón no crece a base de esa actividad, pero se realiza para que la gente se acuerde de que es el Día del árbol, que además coincide con el Día mundial forestal.


Algunos años, se han hecho visitas en verano, con familias a lugares determinados, pero esto depende mucho de las disponibilidades que tengamos para poner medios.


En su día se repartieron muchos libritos del Cinturón Verde, con el objetivo de ponerlo a disposición de los profesores, es un recurso didáctico que puede aprovecharse en los colegios, como elemento extra para alguna asignatura, pero si se utiliza o no, no podemos saberlo, es cosa de cada uno y por ello, no podemos tener datos sobre esto. Hay infinitas actividades, pero a veces requieren una serie de medios y su realización se hace más difícil.


¿El Cinturón Verde se seguirá ampliando con el tiempo?


Estamos en ello, este año estamos haciendo una plantación de fincas, las compramos y las plantamos, pero sobretodo lo que ahora estamos haciendo es trabajar para que el Cinturón Verde se incorpore al Plan Urbanístico como un elemento característico de Burgos que influye significativamente en la gestión del término municipal en su conjunto, porque son muchas hectáreas y porque no se puede tener un Cinturón Verde donde estás colocando una carretera o un polígono industrial. Nosotros queremos que esto se respete, ya que no solo es la parte forestal, sino matorrales más abiertos que pueden tener su valor, y que queremos que se respete.


¿Los costes de mantenimiento del Cinturón Verde son altos?


El mantenimiento es muy relativo, no hay un coste fijo. El Ayuntamiento es propietario del terreno, pero son costes compartidos, como cualquier propietario del terreno también solicitamos ayudas a la Junta de Castilla y León para que invierta dinero en Burgos como se invierte en el resto de la provincia. Esto es muy difícil, pero lo intentamos y si conseguimos estas ayudas las aprovechamos. También intentamos pedir ayudas a la Unión Europea y al Estado para luego invertirlas.


El coste no se puede controlar, tenemos servicios de vigilancia que llevan ya un tiempo en marcha, además de la ayuda de policía, servicios de limpieza, el taller de empleo…todo conlleva un coste. Si hubiera que hacer ahora el Cinturón Verde, no podríamos, ya que no habría dinero.


Hay años en los que hay un incendio e intentamos repararlo, en este momento gastas más dinero, si no hay incendio el coste es mas bajo, pero es algo que no es previsible, al igual que ocurre con el coste de personal.

Con humor

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